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lunes, 4 de julio de 2011

LA PRESIÓN EN LOS NIÑOS


Los adultos estamos en constante presión pues nuestras actividades así lo exigen. Vivimos de prisa, correteamos a la computadora nos peleamos todos los días con alguno que otro conductor para que nos ceda el paso, tenemos prisa hasta para lavarnos los dientes y como consecuencia de nuestro estrés, presionamos a los niños en la misma proporción. Nos parece que a los 3 años ya es tarde para mandarlos a la escuela, queremos que hablen caminen para después pedirles que se mantengan callados y sentados. Deseamos que sean "enciclopedias vivientes" y que dominen dos idiomas al tiempo que tomen clases de karate, ballet, piano, natación y pintura.
Les pedimos que se duerman temprano, pero no pueden hacerlo hasta las diez de la noche porque hasta esa hora terminan todas sus actividades. Luego lo urgimos para que despierten a las seis de la mañana, de otra manera, no tendremos tiempo de dejarlos en la escuela y llegar al trabajo en donde también nos espera mucha tensión. Presionamos a los niños para que aprendan a pensar y a investigar por su cuenta, pero al mismo tiempo, no queremos que hagan una travesura o nos formulen preguntas incómodas. Hoy todo es "instantáneo", "plus", "extra", "supersónico" y "exprés" y, sin darnos cuenta, hemo incorporado todos estos conceptos a la vida de los niños, quienes sin haber tenido suficiente tiempo para asimilar la etapa que viven, ya tienen que estar listos pra la siguiente. ¿Cuál? ¡No importa!, la que dicte la sociedad acelerada en la que vivimos. He observado que muchos pequeños no saben aprovechar su tiempo libre, cuando acaso llegan a tenerlo, sobre todo en las vacaciones. Se "aburren" y se vuelven muy exigentes; quieren que los lleven al cine, de compras o a la feria porque no conocen otro tipo de entretenimiento.
La vida de prisa que los mantiene en diversas clases o en un auto viajando de un lado a otro les ha impedido el placer de jugar con una piedrita mientras dan un paseo o de entretenerse armando una casita con palillos o con cubos o simplemente descubrir formas en las nubes.
Los niños de hoy viven bajo presión, pero no todos la sufren en el miso grado.

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