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miércoles, 6 de junio de 2012

RAZONES PARA PRACTICAR DEPORTES

Serás más eficiente en el trabajo, vivirás más relajada, disfrutarás más del sexo…


Todo el mundo debería hacer ejercicio; limpia la mente y aumenta la confianza en uno mismo”, sentencia la top Hilary Rhoda en la entrevista que ha concedido a Vogue España y en el que sus didácticas palabras se acompañan de un inspirador shooting de la modelo americana en el que, de forma contundente, se demuestran las bondades que la práctica del deporte (y una vida sana, claro) han brindado a su atlético cuerpo. Porque ella juega al tenis, baila, hace spinning y tiene un entrenador personal con el que trabaja a conciencia cada zona de su cuerpo.

Al margen de los beneficios obvios (y estéticos) que tiene cualquier práctica deportiva, tal y como afirma Steven N Blair en el estudio Physical inactivity: the biggest public health problem of the 21st century, el mensaje “debes practicar algo de deporte para perder peso” es erróneo. ¿Los motivos? Esta rotunda afirmación, tan cierta como incompleta, desdeña otros múltiples beneficios que tiene el deporte en nuestro organismo y a nivel emocional. Porque mejora nuestro rendimiento socio-laboral, nuestra vida sexual y los índices elevados de colesterol y diabetes, entre otras cosas. Volviendo a la diosa cuyas declaraciones daban comienzo a este artículo, “el deporte es una de mis grandes pasiones, adoro cómo te hace sentir por dentro y por fuera”.

Elaboramos, con la ayuda de varios expertos en fitness –Silvano Zanuso, director de investigación y comunicación científica de  Technogym; Mario Díez, entrenador personal de Campoamor Sport Club, y Felipe Isidro, experto en Educación Física de Pronokal– el decálogo definitivo de razones para practicar deporte. Nos sobran los motivos.

Serás más eficiente en el trabajo. La explicación científica la resume así Alejandro Escudero, de Caroli Health Club: “La energía y el deporte nos ayudan a tener un flujo energético correcto. Precisamente la energía es uno de los elementos más importantes para lograr el funcionamiento de nuestro organismo”. La socio-cultural se traduce en la capacidad que tiene el deporte para hacernos mejorar nuestra habilidad participativa y de compartir, tal y como señala Felipe Isidro, además de facilitarnos el logro de objetivos en la vida real. “Si eres capaz de llegar a tus límites físicos, serás capaz de conseguir cualquier objetivo laboral que te propongas”, añade Mario Díez.

Vivirás más relajada. Tal y como nos cuenta Silvano Zanuso, manager de investigación y comunicación científica de Technogym, “hay muchos estudios, al igual que tantos otros que se están realizando, para entender mejor los mecanismos esenciales y los efectos positivos que tiene la actividad física respecto al estado de humor, el estrés y la ansiedad”. Mario Díez, por su parte, incide en cómo la práctica deportiva genera dopamina y serotonina, “sustancias que el propio cuerpo produce de forma natural y que se conocen como moléculas del placer. Al llegar a nuestro cerebro una dosis extra de estas dos sustancias, no sólo tendremos unos niveles de felicidad más altos, sino que evitaremos depresiones y estrés, logrando una mayor salud mental”.

Tendrás menos niveles de colesterol. Zanuso insiste: “En la literatura científica hay una clara evidencia respecto a la fuerte relación inversa entre la actividad física y el colesterol: a niveles mayores de práctica deportiva, niveles más bajos de colesterol".

Vivirás más años. El deporte aumenta la esperanza de vida. “Definitivamente, ¡sí!”, apostilla el experto de Technogym. Por su parte, Felipe Isidro hace referencia a los estudios llevados a cabo por los científicos de los Institutos Nacionales de Investigación de Salud de Taiwán, que afirman que “las personas que realizan un promedio de 92 minutos de ejercicio a la semana reducen su mortalidad en un 14% .

Tendrás mejor piel. Deporte antiaging, otra de las bondades sobre la que inciden nuestros expertos. “Mejora la circulación de la sangre, aportando así oxígeno y nutrientes a todo el organismo y también a la piel. Así se regenera mejor y se refuerza la producción de colágeno y elastina”, afirma Silvano Zanuso, que continúa con el suma y sigue de beneficios para la piel. “Al sudar se eliminan las toxinas  para la piel. “Al sudar se eliminan las toxinas acumuladas, dándole un aspecto mas luminoso, liso y radiante”.

Retendrás menos líquidos. Porque la práctica de deporte tonifica, puede quemar calorías (si es un aeróbico) y ayuda a luchar contra otro de los grandes problemas al que nos enfrentamos las mujeres: la retención de líquidos. “El deporte es importante especialmente también para la zona de las caderas y abdominales, donde suele haber mucha retención de líquidos y celulitis. Al quemar grasa, la piel tiene mejor aspecto, está más lisa y firme”, nos cuenta Zanuso.


Disfrutarás más del sexo. ¿Los motivos? Son varios y contundentes. Por un lado, porque está científicamente comprobado: el ejercicio físico genera niveles altos de testosterona, una hormona estrechamente relacionada con el apetito sexual (bastan unos 15 o 20 minutos para aumentar considerablemente su producción). Por otro lado, tal y como puntualiza el doctor Zanuso, los beneficios en nuestra vida sexual se derivan de la combinación de efectos físicos, como una mejora de la circulación sanguínea, y cambios psicológicos, como un aumento de la energía y de la autoestima.

Serás más feliz. La práctica deportiva induce la producción de endorfinas. “Son pequeñas dosis de felicidad que podemos conseguir de forma gratuita y natural a través de nuestro cuerpo”, nos cuenta Mario Díez. A lo que Felipe Isidro añade: “Estas endorfinas producidas por el ejercicio físico hacen que se retrase la fatiga, provocando una sensación de vitalidad. Por eso pueden llegar a crear a adicción porque su efecto es muy similar al de los opioides”.

Serás menos perezosa. Es una especie de círculo vicioso: cuanta menos actividad física llevamos a cabo, más nos cuenta practicar ejercicio. La explicación nos la da el experto de Pronokal, que recomienda la práctica regular de ejercicio para aumentar el número de mitocondrias en los músculos, las “centrales energéticas de las células”.

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