Los autores de la Universidad de Vanderbilt
(Estados Unidos) explicaron que "los resultados muestran que una modificación
general en el estilo de vida, que incluya una combinación de hábitos sanos, es
muy importante en la prevención de enfermedades".

En los nueve años que duró el estudio, 2.860 participantes
murieron, 1.351 de cáncer y 775 de enfermedades cardiovasculares.
Zheng analizó la presencia de cinco hábitos de vida muy
deseables: tener un peso sano, poca grasa abdominal, hacer actividad
física, no estar expuesto al humo de otros en el hogar, y llevar una buena
alimentación rica en frutas y verduras.
Los autores encontraron que cuantos más hábitos sanos mantenían los
participantes menor era su mortalidad por todas las causas. De hecho, los
voluntarios que llevaban al menos cuatro de estas conductas mostraron un riesgo
43% menor de fallecer. Esta muy deseable asociación fue particularmente fuerte
para el caso de las enfermedades cardiovasculares, una de las principales causas
de muerte a nivel mundial.
"La buena noticia es que la presencia de estos hábitos beneficiosos puede
mejorarse con la motivación individual de las personas de cambiar
sus costumbres poco saludables. Incluso los factores más difíciles de
modificar pueden mejorar si se tiene más conciencia del efecto
nocivo que traen sobre la salud", concluyó Zheng.
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