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miércoles, 23 de abril de 2014

EL POLÉMICO E-CIGARRILLO. SAL DE DUDAS

e-cigarrilloEl 10% de los fumadores ‘vapea’ 900.000 personas usan e-cigs en España (suponen ya el 10 % de los fumadores habituales). En plena polémica por su regulación, se ha detectado en nuestro país el primer caso de neumonía por cigarrillo electrónico. Los expertos han dejado escuchar su voz.


¿RESULTA SEGURO?
La propia OMS alerta: no se dispone aún de estudios suficientes sobre su seguridad. Y, como vemos, ya se han diagnosticado neumonías (y también fibrosis pulmonares) por su consumo. “Hay muchas marcas de e-cigs y cada una tiene diferentes sustancias”, explican en la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). Así, algunas incorporan componentes potencialmente cancerígenos, como las nitrosaminas, el propilenglicol y el dietilenglicol (usado como anticongelante en los coches), que forman parte de las glicerinas vegetales que provocaron el primer caso de neumonía lipoidea en España (gracias a ellas se vaporiza la nicotina líquida, que llega a los pulmones sin combustión previa).



FUMADORES PASIVOS
Libres del humo del tabaco desde 2011, nos vemos sin embargo expuestos al e-humo en lugares cerrados sin saber si es o no perjudicial (también falta información al respecto). “Aunque se venda como vapor de agua con nicotina, contiene otras sustancias, algunas tóxicas, aunque lo sean menos que las del tabaco, sobre cuyo efecto a largo plazo faltan datos”, explica David López Heras, médico de familia en Barcelona. Y añade: “La glicerina es inocua por vía oral, pero no lo es inhalada. No tendrían que promocionarse como algo sano o sólo vapor de agua, y deberían prohibirse en lugares cerrados”.



NO AYUDA A DEJAR DE FUMAR
Desde la Asociación Nacional del Cigarrillo Electrónico (ANCE), explican: “No es una alternativa al tabaco y mucho menos una ayuda para dejarlo. Se trata de una experiencia diferente y complementaria”. Por su parte, el doctor Francisco Camarelles, del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT), agrega: “Sigue sin haber estudios concluyentes de que sea eficaz para dejarlo”. Uno de los problemas es que tal vez ayude a bajar el consumo convencional, pero aumenta el vapeo (lo que le ocurrió al paciente diagnosticado con neumonía). “Mi experiencia es que la mayoría no lo deja y vapea en sitios donde está prohibido fumar. Así, están continuamente expuestos, cuando antes sólo fumaban un cigarrillo cada una o dos horas. Esto incrementa la cantidad de nicotina consumida y, por lo tanto, la adicción”, dice el doctor López Heras.



UNA FORMA DE INICIARSE
Es una de las consecuencias que más preocupa a los médicos. Algunos e-cigs saben a vainilla, fresa…, y resultan agradables a paladares no iniciados: en 2012, el 6,8 % de los adolescentes admitió haberlos probado, frente al 3,3 % de 2011, y muchos de ellos no fumaban antes; así, aunque estén prohibidos para menores, pueden incitar al consumo.



¿Y EN EL EMBARAZO?
“La situación es la misma. A priori, parece de sentido común que perjudicarían menos al feto, pero el problema es que no disponemos de datos sobre su seguridad en el embarazo y la lactancia y, mientras no los tengamos, debemos desaconsejar su consumo”, concluye el dr. López.



NUESTRO EXPERTO OPINA
EL  Dr. David López Heras, médico de familia de Barcelona, nos dice que:
“Liberan nicotina y ésta es una sustancia con gran poder adictivo. Por eso, crear un nuevo dispositivo para administrar una droga como objeto de consumo dirigido a toda la población es incongruente con políticas de salud pública y de protección al consumidor. Como su efectividad para dejar de fumar está aún en estudio, por el momento su función podría ser la de ayudar a quienes no quieran o no puedan dejar el hábito a reducir su perjuicio. De ahí que, para limitar el riesgo de uso, debería venderse como un medicamento, bajo la supervisión de un facultativo que controle su consumo y motive a la persona a dejar definitivamente de fumar”.

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