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sábado, 31 de diciembre de 2011

A COMER AJOS

Desde hace cientos de años, el ajo ha servido para condimentar alimentos y para curar ciertas enfermedades. Conoce más sobre sus beneficios.

¡A comer ajo!
Aunque por varios siglos ha sido recomendado por los naturistas para repeler serpientes, aliviar mordeduras de los animales y dolores de muela, desde la antigüedad, los asirios y los sumerios utilizaban el ajo para tratar las fiebres, inflamaciones y lesiones.
Un dato curioso es que los egipcios les daban ajo a los constructores de las pirámides, para aumentar su fuerza. La única sublevación de ellos fue cuando no les daban este tipo de hortaliza.
En el siglo XIX, Louis Pasteur descubrió que el ajo mata las bacterias, por ejemplo, un miligramo de ajo crudo, era igual de efectivo que 600 mililitros de penicilina.


Mil y un bondades
Esta hortaliza permite que la sangre y los nutrientes fluyan con mayor facilidad. Otro de sus beneficios es que reduce la presión sanguínea y los niveles de colesterol. Además, puede actuar como antioxidante o antibiótico, pues combate una cepa peligrosa del estafilococo.
Los investigadores de la Universidad de Western, Australia, descubrieron que las personas que ingieren ajo, reducen en más de la mitad el número de días cuando se enferman, al igual que los resfriados.
Para los hemofílicos u otras personas que tengan problemas de coagulación sanguínea, el ajo puede crearles complicaciones. Este adelgaza la sangre, lo cual puede ser peligroso. Algunas personas pueden ser alérgicas a esta planta, por lo que sus aceites cáusticos pueden ocasionarles irritación en la piel.


Más allá de la salud
Algo muy curioso es que en Las Antillas, un archipiélago conformado por las islas de Bahamas, se cree que el ajo espanta las brujerías y las energías negativas.
La creencia de que el ajo puede aterrar a los vampiros nació con el Conde Drácula. Los romanos de la Edad Media, temían que los cadáveres puedan convertirse en muertos vivientes y, para evitar esto, le introducían ajo por los orificios, untaban el cuerpo con manteca, aceite y más ajos.
Robert Ambelain, experto en ocultismo, aseguró que esta práctica pudo haberse originado en los pastores de los Cárpatos, quienes contrataban a alquimistas para proteger su rebaño de los “vampiros” y para esto, ellos quemaban arsénico-que tiene un olor parecido al ajo.
Dejando la historia atrás, una serie de experimentos con ajo y con sangre, determinaron que cuando esta hortaliza se ingiere, ingresa al flujo sanguíneo mucho menos adulterado que los alimentos promedio. Así que el ajo puede repeler los virus que se transportan en la sangre.

Un remedio universal
El ajo se puede ingerir de distintas maneras, algunas personas lo cocinan y otras lo comen crudo.
Este también se lo procesa en muchas formas líquidas como en té o en almíbar.
Ahora está disponible como píldoras, pero los expertos aseguran que en el proceso de fabricación, se puede destruir los beneficios que contiene. Esta es una receta, en donde se prepara el ajo como un aderezo para la comida y así seguir con el curso de la dieta que tengamos.


Fuente: Gene Stone. Los secretos de la gente que nunca se enferma. Grupo Editorial Norma

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