Cuando tus pies necesitan una reparación extra y tienes unos minutos para dedicarles, prueba con este procedimiento: llena un barreño con agua caliente (a una temperatura confortable) y añade una tacita de almidón. Deja que tus pies descansen unos minutos en el agua, aclara, pasa la piedra pómez por las duricias y planta del pie y aplica crema hidratante. ¡Verás qué cambio!
jueves, 5 de diciembre de 2013
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