Te proponemos algunas maneras de conseguir una sonrisa sana:
¿Enjuague bucal o pasta de dientes? Los enjuagues bucales no mantienen tu aliento fresco durante mucho tiempo, y también suelen contener alcohol, lo que puede resecarte la boca y volverla más susceptible a las bacterias. Los estudios indican que los enjuagues bucales que contienen clorhexidina pueden ayudar a combatir el mal aliento. Si estás dispuesta a gastar un poco más, prueba un enjuague que contenga dióxido de cloro; en un estudio con 5.000 personas, eliminó las bacterias que producen el mal olor. Algunos estudios revelan que existe un vínculo entre los enjuagues que contienen alcohol y un riesgo mayor de padecer cáncer oral, así que si quieres pasarte de precavida, opta por enjuagues bucales sin alcohol.
Veredicto sobre los chicles. En un pequeño estudio francés, el chicle redujo la halitosis un poco durante una hora, pero no eliminó los compuestos de azufre que causan el mal olor. Aun así, muchos odontólogos recomiendan los chicles sin azúcar o los que contienen xilitol (técnicamente, un alcohol de azúcar del que no se alimentan las bacterias) porque estimula el flujo de saliva.
Cepíllate dos veces. Adquiere el hábito de cepillarte los dientes cuando te levantes y otra vez por la noche, al acostarte. Son las dos veces más importantes, porque la saliva (que ayuda a combatir el sarro que produce las caries) se seca durante la noche, así que es mejor eliminar de los dientes todo el sarro acumulado antes de ir a dormir. Al cepillarte por la mañana, antes de cualquier otra cosa, remueves el sarro y las bacterias que puedan haberse acumulado mientras dormías.
No olvides el raspador de lengua. Cepíllate la lengua durante un minuto. No hay mejor manera de deshacerte del aliento mañanero y comenzar tu día limpio y fresco. Después de todo, más de 300 tipos de bacterias pueden alojarse en tu boca todas las noches. Una causa importante del mal aliento es la acumulación de bacterias en la lengua, que un raspado diario ayudará a eliminar. Además, usar un raspador de lengua es más efectivo que cepillarte la lengua con un cepillo dental.
¿Enjuague bucal o pasta de dientes? Los enjuagues bucales no mantienen tu aliento fresco durante mucho tiempo, y también suelen contener alcohol, lo que puede resecarte la boca y volverla más susceptible a las bacterias. Los estudios indican que los enjuagues bucales que contienen clorhexidina pueden ayudar a combatir el mal aliento. Si estás dispuesta a gastar un poco más, prueba un enjuague que contenga dióxido de cloro; en un estudio con 5.000 personas, eliminó las bacterias que producen el mal olor. Algunos estudios revelan que existe un vínculo entre los enjuagues que contienen alcohol y un riesgo mayor de padecer cáncer oral, así que si quieres pasarte de precavida, opta por enjuagues bucales sin alcohol.
Veredicto sobre los chicles. En un pequeño estudio francés, el chicle redujo la halitosis un poco durante una hora, pero no eliminó los compuestos de azufre que causan el mal olor. Aun así, muchos odontólogos recomiendan los chicles sin azúcar o los que contienen xilitol (técnicamente, un alcohol de azúcar del que no se alimentan las bacterias) porque estimula el flujo de saliva.
Cepíllate dos veces. Adquiere el hábito de cepillarte los dientes cuando te levantes y otra vez por la noche, al acostarte. Son las dos veces más importantes, porque la saliva (que ayuda a combatir el sarro que produce las caries) se seca durante la noche, así que es mejor eliminar de los dientes todo el sarro acumulado antes de ir a dormir. Al cepillarte por la mañana, antes de cualquier otra cosa, remueves el sarro y las bacterias que puedan haberse acumulado mientras dormías.
No olvides el raspador de lengua. Cepíllate la lengua durante un minuto. No hay mejor manera de deshacerte del aliento mañanero y comenzar tu día limpio y fresco. Después de todo, más de 300 tipos de bacterias pueden alojarse en tu boca todas las noches. Una causa importante del mal aliento es la acumulación de bacterias en la lengua, que un raspado diario ayudará a eliminar. Además, usar un raspador de lengua es más efectivo que cepillarte la lengua con un cepillo dental.
Las concentraciones de compuestos de azufre bajaron un 53 por ciento en las personas que se cepillaron los dientes y la lengua durante un minuto entero dos veces al día durante dos semanas, según odontólogos de Nueva York que estudiaron a 51 pares de gemelos. El cepillado remueve las bacterias que se alimentan de las partículas microscópicas de alimentos que recubren los dientes y la lengua después de una comida.
Una sonrisa limpia
¿Cepillo eléctrico o manual? La tecnología de los cepillos de dientes ha avanzado mucho desde los días en que la gente se cepillaba con púas de cerdo. Pero aunque el equipo dental ha mejorado enormemente, nuestra dieta con alto contenido de azúcar hace que los dientes estén en mayor peligro que antes. Una limpieza concienzuda ayuda a combatir las caries y las enfermedades periodontales, y hay mucho más en juego de lo que podrías pensar. Las enfermedades de las encías se han asociado a las cardiopatías y la apoplejía.
Si eres de los pocos que se cepillan fielmente durante dos minutos al menos dos veces al día, y prestas la misma atención a la parte delantera, a la de atrás y a la superficie de masticación de todos esos dientes, entonces lo único que necesitas es un cepillo normal. Para el resto de nosotros, los cepillos eléctricos proporcionan una limpieza más exhaustiva. Las encuestas muestran que la mitad de nosotros se cepilla sólo una vez al día, y la mayoría dedicamos sólo 46 segundos a la tarea. Una revisión definitiva de 42 estudios con 4.000 personas reveló que un cepillo eléctrico con cerdas que rotan en direcciones alternas eliminaba un 11 por ciento más sarro y reducía las enfermedades de las encías un seis por ciento más que los cepillos manuales después de uno a tres meses de uso. Pero la tecnología dental tiene su precio. Sólo los cepillos con cerdas que giraban en una dirección y luego en la otra (oscilación de la rotación) eran así de eficaces, y éstos suelen ser más caros. Los cepillos ultrasónicos y los que tenían cabezas que rotaban en una sola dirección no eran mejores que un cepillo de dientes manual.
¿Sabías que...?
Los antiguos egipcios usaban una mezcla de ceniza de pezuña de buey, cascarones de huevo quemados, mirra, piedra pómez y agua para limpiarse los dientes. En 1850, el doctor Washington Sheffield, de Connecticut, en Estados Unidos, desarrolló una fórmula que después se convertiría en la pasta de dientes. Se llamaba la Crema Dentífrica del Doctor Sheffield. Su hijo, el doctor Lucius Tracy Sheffield, había visto tubos metálicos plegables y se le ocurrió la idea de meter la pasta de dientes en tubos.
Un cepillo de dientes húmedo pue-de ser un campo de cultivo para las bacterias. Sigue estos pasos para mantener a raya a los bichos de los cepillos:
—Enjuaga tu cepillo con agua fría y luego guárdalo en posición vertical después de cada uso para que el agua escurra de las cerdas. No guardes un cepillo mojado en un estuche cerrado.
—No dejes que las cerdas de los cepillos de otros miembros de la familia se toquen. —Después de pasar por un resfriado, gripe, garganta irritada o escozor, es buena idea que reemplaces tu cepillo de dientes o la cabeza del cepillo de tu aparato eléctrico.
—Pon tu cepillo a remojo en un enjuague bucal antimicrobiano. Los estudios muestran que mantenerlo a remojo durante 20 minutos puede ayudar a eliminar gérmenes; pero no vuelvas a usar el líquido de desinfección ni remojes en él más de un cepillo.
—Reemplaza todos los cepillos o los cabezales eléctricos cada tres o cuatro meses.
En defensa del hilo dental. El hilo dental es el único método para desalojar ese hilito de espinaca que se te ha quedado detrás de un premolar a la hora de la comida, pero hay pruebas cada día mayores de que usar el hilo dental todos los días también puede reducir el riesgo de padecer algunas enfermedades inesperadas y mortalmente peligrosas. Los investigadores han descubierto que una enfermedad de las encías no tratada eleva las concentraciones de bacterias en el torrente sanguíneo. Estas bacterias pueden adherirse a los depósitos grasos de los vasos sanguíneos del corazón. El resultado es un riesgo más alto de desarrollar ateroesclerosis, un problema que se asocia a los ataques cardiacos y a las apoplejías.
Blanqueamiento suave en casa
El peróxido puede provocar sensibilidad e irritación en los dientes, así que busca algún producto que no lo contenga si quieres blanquear tu sonrisa sin irritar dientes y encías.
Considera algunas opciones de blanqueamiento. Los geles para el blanqueamiento en casa tienden más a provocar irritación que los tratamientos en la consulta de tu dentista, ya que las bandejas, que vienen en un solo tamaño, no están hechas a la medida de tu boca, lo que entraña el peligro potencial de que el peróxido se filtre al tejido suave y las encías. Además, el uso excesivo de los productos blanqueadores puede producir inflamación de las encías, aspereza del esmalte, dientes con manchas blancas y un fenómeno conocido como “sonrisa de leche desnatada” (dientes sobreblanqueados que se ven de un color azul o gris translúcido). ¿Cuánto es demasiado? Si tus dientes se vuelven sensibles al aire o los líquidos fríos, o se te destemplan con frecuencia, has exagerado. Para obtener el mejor blanqueado posible, visita a tu dentista. Los blanqueadores profesionalmente aplicados contienen cantidades de peróxido de hidrógeno que van del 15 al 35 por ciento; los kits caseros tienen alrededor de 10 por ciento. A veces se usa un láser para acelerar el proceso de blanqueo, y los procedimientos duran una hora.
Una sonrisa brillante
El blanqueamiento casero: ¿funciona? Los productos caseros para el blanqueo dan resultado en los dientes amarillentos, pero no en aquellos que tienen un matiz marrón o gris. Investigadores de la Universidad de Michigan analizaron 25 estudios clínicos de productos de blanqueo que contenían carbamida o peróxido de hidrógeno, y descubrieron que, tras dos semanas de uso, los blanqueadores funcionaban mejor que la ausencia de tratamiento. Sin embargo, muchos de los estudios podrían haber sido tendenciosos, ya que fueron llevados a cabo o financiados por los fabricantes de los productos. Con todo, éstas son las mejores pruebas de que se dispone. Pero una sonrisa bonita tiene su precio. Hasta un 78 por ciento de las personas que usan blanqueadores de dientes experimentan sensibilidad dental mientras usan los sistemas de blanqueamiento, y quienes tienen retracción de las encías son quienes más sufren.
La dieta para tener unos buenos dientes
Lo que entra en tu cuerpo se manifiesta en tus dientes. Los factores responsables de las manchas de los dientes son el vino tinto, el té negro y el tabaco. Los refrescos de cola, las salsas de carne y los zumos oscuros también pueden oscurecer tu dentadura. En pocas palabras, si algo es oscuro antes de que te lo introduzcas en la boca, es probable que te manche los dientes.
Paso 1: Cepíllate los dientes inmediatamente después de consumir alimentos que manchan.
Paso 2: Usa regularmente un buen agente blanqueador, comprado en la farmacia o aplicado por tu odontólogo.
Paso 3: Conoce los alimentos y bebidas que pueden manchar los dientes. Si tienes dudas, come una manzana después; esta fruta ejerce cierta acción de limpieza.
Mantén un aliento fresco.
Los guantes de dedo para la higiene dental son perfectos si necesitas una limpieza bucal instantánea. Te pones uno en un dedo y ¡listo!, tienes un cepillo improvisado.
Para una limpieza completa. El cepillo Oral-B Triumph con Guía Inteligente es perfecto si te cuesta trabajo apegarte a tu rutina de cuidado dental diario. Funciona con tecnología de oscilación de la rotación y viene con una unidad de visualización remota. Los microchips del cabezal del cepillo y del mango envían mensajes a la pantalla, lo que te invita a cepillar todos los lugares difíciles de alcanzar.
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