El escritor y psicoterapeuta argentino, Jorge Bucay afirma que la vida no admite representantes "porque nadie puede saber por ti. Nadie puede crecer por ti. Nadie puede buscar por ti y nadie puede hacer por ti lo que tú mismo debes hacer".
Las personas que han aprendido a ser más independientes no tiene más confianza en sí mismas porque sí, sino porque se le han sabido ganar. Han aprendido a tomar decisiones sin necesidad de abrir un período de consultas y han superado esas dudas que a todos nos invaden en un momento u otro de la vida: "¿podré hacerlo yo solo/a?, ¿me saldrá bien?, "¿entenderán mi necesidad de...?", etc.
Querer es poder
Nunca es tarde para hacer oír tu voz, reservar un espacio para ti o atreverte a hacer cosas nuevas. No depender de los demás para ir a ver una exposición, aprender a colgar un cuadro o visitar a ese/a amigo/a al que hace tanto tiempo que no ves, por poner varios ejemplos, te dará muchas satisfacciones y hará que te sientas muy orgulloso/a de ti.
- Gana autonomía. Si estás acostumbrado/a a un consultarlo todo con tu pareja, tus padres, tu jefe/a, etc., empieza por tomar pequeñas decisiones. Si el problema es que nunca vas solo/a a los sitios porque la compañía de los demás te da cierta seguridad, ponte un día a prueba y verás como te desenvuelves como pez en el agua. Tal y como recoge la sabiduría popular: "La necesidad agudiza el ingenio" o "la necesidad hace maestros".
- Confía en tu criterio. Muchas veces, ya sea por falta de costumbre o por inseguridad, nos sumamos a las opiniones de los demás. Plantéate cuál es tu verdadera visión de los temas que más te preocupan, exprésala y demuéstrate que tienes un pensamiento propio, igual de valioso que el de los demás.
- Escucha tu interior. En ocasiones, estamos tan absortos en nuestra faceta de madre/padre, de pareja de hijo/a, etc., que dejamos de vernos como personas independientes, con nuestras propias necesidades personales, inquietudes, deseos y metas, Recuerda que ningún vínculo afectivo debería producir en ti una sensación de asfixia o de falta de libertad. De ser así, intenta poner límites a la situación.
- Crea tu propio espacio. En la vida de una pareja, en las relaciones familiares o entre amigos, se ha de cultivar una parcela de intimidad. Es "esa habitación propia" de la que hablaba la escritora británica Virginia Wolf. Es normal, por tanto, que solo tú conozcas la contraseña de acceso de tu "e-mail" personal y que no tengas por qué compartir con tu pareja el secreto de un buen amigo/a o viceversa.
- Hazte un hueco. La psicóloga Mati Segura asegura que "tiene que existir ese espacio individual, porque nos hace crecer como personas y enriquece nuestras relaciones". El peligro, según esta terapeuta familiar, aparece cuando existe una dependencia tan grande hacia otra persona que se deja de funcionar como un ser individual.
- Levantarás pasiones. Las personas independientes, que no significa lo mismo que solitarias, autosuficientes o aisaladas de la realidad, son muy atractivas porque tienen un gran mundo interior, son atrevidas y saben respetar los espacios de los demás, tanto como los suyos propios.
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