La diabetes infantil (Diabetes Mellitus Tipo 1) supone entre el 10 y el 15% del total de la diabetes y es la segunda enfermedad crónica más frecuente en la infancia. Según la Fundación para la Diabetes, en España, unos 30.000 niños menores de 15 años tienen diabetes y cada año se producen unos 1.100 casos nuevos.
Cómo debe ser la actitud de los padres
Cuando un hijo es diagnosticado de diabetes, los padres son los primeros que tienen que asumir la enfermedad y adaptarse a ella. No es sencillo: hay que asimilar que el niño tiene una afección crónica que va a condicionar toda su vida. Surgen muchas dudas y preocupaciones: ¿será un niño tan pequeñito capaz de afrontar la disciplina de una dieta estricta, de no poder comer dulces como sus compañeros o de inyectarse insulina a las horas indicadas?
Y, ya lo intuíamos, pero el último estudio llevado a cabo por la Universidad Pontificia Comillas de Madrid lo corrobora: la actitud de los padres determina la capacidad de los hijos de adaptarse a la diabetes. Los niños muchas veces no entienden la utilidad de los tratamientos, ni comprenden las implicaciones de tener diabetes. Por eso, la idea que se hagan de la enfermedad va a depender, en su mayoría, de lo que le transmitan sus padres. No es lo mismo un entorno familiar en el que se habla de la enfermedad abiertamente que otro en el que se esconde, ni unos padres que transmitan miedo y pesimismo que otros que inspiren confianza y seguridad.
Según el estudio, estos comportamientos pueden afectar negativamente a la adaptación del niño a la diabetes:
Sobreprotección, tristeza o irritabilidad.
Sentimientos de culpa y rabia persistente frente al diagnóstico.
Dificultad para hablar de la enfermedad sin emocionarse.
Las emociones, tanto las positivas como las negativas, se contagian, y por eso el mejor acompañamiento para el niño con diabetes es el que se hace desde una actitud de cariño y de seguridad, según explican los autores del estudio.
El niño diabético en el colegio
Desde hace mucho tiempo la Federación de Diabéticos Españoles (FEDE) reclama que en los centros educativos haya un ATS para atender, no sólo a los niños con diabetes, sino a toda la comunidad escolar. A pesar de que esta petición no ha sido todavía escuchada, lo cierto es que en general los profesores suelen colaborar sin problemas con los padres de los niños diabéticos para que estos puedan llevar una vida normal en el aula. “Lo ideal es comunicar a los profesores que el niño tiene diabetes e informarles de cómo apoyarle para, que de esa forma, pueda controlar su diabetes de manera óptima durante el tiempo que permanece en el colegio”, explica Ángel Cabrera, Presidente de la FEDE. Cuando los profes conocen los síntomas, saben reconocer las subidas y bajadas de azúcar y cómo responder a ellas, los padres pueden estar mucho más tranquilos durante las horas en las que su hijo está en el colegio. Lo mejor es que los padres faciliten toda la información por escrito:
Tipo de insulina y dosis.
En los autoanálisis, especificar los valores considerados normales para su hijo y cómo actuar en caso de presentar valores alterados.
Información sobre comidas, especialmente acerca de las variaciones que deben aplicarse al menú general de la escuela.
Pautas a seguir en relación la práctica de deporte o ejercicio físico.
En relación con la hipoglucemia, los profesores deben disponer de información escrita sobre los síntomas que habitualmente su hijo presenta para poder identificar la situación.
Aunque en la mayoría de centros el apoyo de los profesores es total, cuando esta implicación no se produce, los padres se ven obligados a acudir al centro para atender ellos mismos a su hijo. Este hecho, aparte de que no se contribuye a normalizar la diabetes del niño en su entorno escolar, en la mayoría de los casos, el padre o la madre se ven obligados a abandonar su trabajo lo cual, aparte de provocar el consabido coste humano para la familia, implica también costes económicos.
En cuanto a los comedores escolares, 9 de cada 10 centros educativos ofrecen menús adaptados a los niños diabéticos, por lo que en ese sentido los padres pueden estar tranquilos. Sin embargo, en muchos comedores los menús tienen carencias dietéticas, un aspecto en el que hay que prestar mayor atención.
Hacia la normalización de la enfermedad
Algunos padres se preguntan si, por el hecho de ser diabético, su hijo algún derecho especial, como por ejemplo una mayor puntuación a la hora de solicitar colegio. Sin embargo, al no ser la diabetes una enfermedad que incapacite, no se otorgan al niño este tipo de ventajas. Tampoco se cuenta con una atención más personalizada por el hecho de tener diabetes, aunque en general, como ya se ha dicho, los profesores se implican bastante. “Desde FEDE abogamos por la normalización de los niños en todos sus entornos, y más en el colegio, puesto que es un lugar en el que pasa la mayor parte del tiempo a lo largo del día. Es importante que el resto de los niños les vean como a uno más, puesto que lo son, sólo con una patología que se llama diabetes pero que, bien controlada, permite llevar una vida normal y sin ninguna limitación”, explica Ángel Cabrera.
Campaña de recogida de firmas
Con motivo del Día Mundial de la Diabetes, la Federación de Diabéticos Españoles ha realizado una petición a la ministra de Sanidad para mejorar la educación y la formación en la enfermedad. Las personas que lo deseen se pueden adherir a la petición con su firma entrando en este enlace: Firmas diabetes
También se realizarán diferentes actividades como la realización de test para detectar posibles personas diabéticas no diagnosticadas en diferentes farmacias de la Comunidad de Madrid.
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