El solo es una fuente de salud. No en vano, favorece la sintesis de vitamina D, esencial para la salud de los huesos, sube el ánimo y mejora el tono. Pero, si se toma en exceso, daña la piel y acelera el proceso de envejecimiento. Es el momento de reducir sus efectos negativos, aprovisionándote de nutrientes antioxidantes.
Añade, a todas tus recetas PEREJIL picado
Bastan 25 gr de perejil fresco para cubrir el 70% de las necesidades diarias de vitamina C y el 30% de vitamina A. En esta época del año, aumentar la ingesta de vitamina A (o betacarotenos, su equivalente vegetal), es de suma importancia, dado que ayuda a regenerar la piel dañada. La vitamina C, por su parte, activa las defensas de la piel al tiempo que previene flacidez. Para aprovechar sus virtudes, incluye perejil en tu dieta diaria: pescado en salsa verde, aliños a base de ajo y perejil, tabulé, etc.
Haz una cura de rejuvenecimiento con TÉ BLANCO
Esta infusión, conocida como el té de la belleza, protege la piel de los estragos del sol debido a su altísimo aporte en polifenoles-tres veces superior al te verde-. Tomar a diario, esta bebida, nutre y revitaliza la piel, porque mejora la llegada de nutrientes a las capas superficiales de la epidermis a la vez que protege las fibras que dan firmeza ala piel y que el sol debilita.
Enriquece los cereales del desayuno con OREJONES
Añadiendo dos orejones troceados a los cereales proporcionarás al organismo una extraordinaria cantidad de betacarotenos y la séptima parte de la dosis de vitamina E que requiere a diario. Este último nutriente, apodado como la "vitamina de la juventud", es capaz de neutralizar los daños producidos por las radiaciones solares. Si fumas o sigues una dieta pobre en vegetales, sigue este remedio a pies juntillas. Y es que disponer de buenos niveles de vitamina E reduca las necesidades de vitamina A y favorece la acción de vitamina C.
ANCHOAS en conserva, en la ensalada o el bocadillo
Asegúrate de que en tu dieta no faltarán alimentos con ácidos grasos Omega 3-anchoas, atún, caballa...-. Estas grasas esenciales reparan la piel de las agresiones externas y ayudan a rehidratarla, un doble beneficio que reduce la aparición de arrugas. Las latas de pescado azul conservado en aceite de oliva o de girasol, aparte de ser más sanas, multiplican la cantidad de vitamina E y A de este tipo de pescado.
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