Las chicas alfa tienen los atributos necesarios para el liderazgo... Solo que algunas lo ejercen en positivo y otras no. ¡Aprende a identificarlas y a saber cómo ser positiva!
En vez de llamarte por teléfono, te grita a través de la sala. Cuando las puertas del ascensor empiezan a cerrarse, jamás pone la mano para darte tiempo a llegar, simplemente, se da la vuelta y se retoca en el espejo. Sabe que le tienes manía y lo disfruta sobremanera. Es tu jefa y sabe cómo ser lider. Su personaje histórico es Margaret Thatcher; su personaje de ficción, Sigourney Weaver en Armas de Mujer y su encarnación en película El diablo viste de Prada, con Meryl Streep pseudointerpretando a Anna Wintour.
Es una alfa negativa, una de esas mujeres que confunden liderazgo con tiranía, que piensan que no escuchar a su equipo es signo de fuerte personalidad y cuya idea de ayudar al prójimo es pisarle la cabeza con sus zapatos de Chanel, dejándole el logo estampado en la mejilla. Altivas y malcaradas no hacen más que repetir los estereotipos del pasado. Se suponía que el poder poseía cierta erótica, pero esto es más bien sadismo.
“La mala imagen de la alfa negativa viene por el lado de que los hombres han sido adiestrados para competir y pisotear, las mujeres no tanto. Cuando lo hemos hecho, se nos ha ido la mano por falta de práctica”, comenta Cristina Pérez Fraga, de Ameco Press, una agencia de prensa especializada en noticias relacionadas con el mundo de la mujer. “Quizás una mujer líder siempre necesite demostrar más que un hombre para superar las sospechas iniciales sobre su talento y eso termina produciendo determinados perfiles de líderes con un punto de crueldad”.
La mujer líder
Aunque la mujer, por su historia y su carácter, siempre ha sabido cómo ser líder, “debe afrontra retos diferentes a la hora de liderar”, apunta Marta Romo, autora del libro La mujer líder, el talento femenino en la empresa (Ed. Planeta Empresa), “Además, el estilo de gestión masculina está caduco”. Por consiguiente, ya no tiene demasiado sentido adoptar roles masculinos, cuando ya ni los propios chicos se los creen. Teniendo en cuenta estas circunstancias, ¡qué perezón da tener que ponerse autoritaria y pitopáusica para conseguir un ascenso!
Aunque la mujer, por su historia y su carácter, siempre ha sabido cómo ser líder, “debe afrontra retos diferentes a la hora de liderar”, apunta Marta Romo, autora del libro La mujer líder, el talento femenino en la empresa (Ed. Planeta Empresa), “Además, el estilo de gestión masculina está caduco”. Por consiguiente, ya no tiene demasiado sentido adoptar roles masculinos, cuando ya ni los propios chicos se los creen. Teniendo en cuenta estas circunstancias, ¡qué perezón da tener que ponerse autoritaria y pitopáusica para conseguir un ascenso!
Tú no eres así
Te miras al espejo y ves... alguna espinilla, vale, pero, sobre todo, ves a alguien que posee las cualidades que, según Marta Romo, te hacen especial: “sentido común combinado con sensibilidad, capacidad de trabajo y esfuerzo, optimismo inteligente (persistencia), capacidad de escuchar, empatía, coraje, intuición, potencial para innovar y flexibilidad”. Entonces, ¿significa eso que jamás triunfarás?
¿Debes empezar a llevar tacones altos en la ducha mientras te enjabonas el cabello y lees en voz alta viejos discursos de Margaret Thatcher para estimular tu lado alfa? ¿Te conviene empezar a pensar que cambiar el toner de la impresora o vaciar el depósito de la Nespresso son signos de una personalidad débil y amaestrada? Afortunadamente, ya no.
Tu personaje preferido puede ser Michelle Obama, una mujer de apariencia y pasado tan impolutos que parece dibujada. Tus heroínas pueden ser Helen Gurley Brown, la fundadora de Cosmopolitan y la mujer que enseñó a las mujeres de medio mundo a pronunciar la palabra orgasmo, o incluso Anita Roddick que empezó vendiendo cosméticos puerta a puerta y creó The Body Shop, un emporio no solo lucrativo económicamente, sino con corazón. La firma ayudó a fundar The Big Issue, la revista para los sin techo británicos. En el funeral de Anita no habló el presidente del Banco de Inglaterra, sino el director ejecutivo de Greenpeace.
Al de tu jefa, seguramente, irán el Presidente de la Asociación del Rifle, Anna Wintour y Condoleeza Rice. Y luego se irán los tres a tomar algo y a planear el fin del mundo. “No hay nada más reconfortante que ayudar a los demás”, comenta Brenda Wood, fundadora de Heart Business Journal, una joven publicación canadiense dedicada a la mujer empresaria. “Nuestra vocación es darle a la mujer un espacio propio en el mundo de los negocios. Enseñarles a las de la “Generación X” que las más jóvenes, las de la “Generación Y”, tienen razón en cosas, y a las de la “Y” recordarles que aún pueden aprender algo de las mayores. Que la revista se llame Heart (corazón) no es casualidad”.
Cerca, lejos
Si nos preguntamos cómo ser líder podemos ver dos tipos de liderazgo: alfa negativas, alfa positivas. Esto es como Barrio Sésamo presentado por un Coco con Blackberry. La versión positiva de las mujeres alfa, dialogantes, empáticas, integradoras, encantadoras y su actual relevancia en el planeta post-hipotecas basura, viene dado por varios motivos. “Existe una nueva estirpe de mujeres jóvenes y preparadas que ha llegado lejos sin ningún tipo de malas artes. Mantienen un perfil positivo y son un claro ejemplo de que no hace falta tener mal carácter para alcanzar sus objetivos. Son fruto de haber crecido en un entorno distinto al de generaciones anteriores”, comenta Lucía Falcón, de la Asociación de Mujeres Jóvenes, comentando, de paso, lo bien que hizo tu madre en enseñarle a poner la lavadora a tu hermano mayor y de cómo esto igual te hace un día ministra.
Yolanda Guerrero, Directora del Instituto Universitario de Estudios de la Mujer de la Universidad Autónoma de Madrid, apunta otra razón para este cambio. “Lo que podía vender la mujer ejecutiva y líder sin escrúpulos ya no lo quiere comprar nadie. Es producto no vendible”. Estamos en la era de la colaboración, con el auge del 2.0. Todo lo contrario a una carrera de ratas. Por eso hablamos del liderazgo 2.0, que es un liderazgo que tiene que ver más con los valores femeninos acordes que con las nuevas demandas sociales. Un liderazgo que habla de pasión, creatividad, innovación, disfrute... ¡de trabajo en equipo! No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo. Es una realidad, el entorno lo exige, no queda otra. Ahora que sabes que puedes triunfar sin necesidad de ser una perra... si lo eres es por puro vicio, guapa.
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