Sobran motivos para introducir la carne de conejo, sabrosa y ligera, en la dieta semanal porque, aparte de tener un sinfín de posibilidades culinarias, contiene nutrientes de gran valor para la salud.
De calidad y a buen precio
La carne de conejo, apta para todos los bolsillos, es un alimento muy nutritivo. La prueba está en que proporciona una gran cantidad de proteínas similares a las presentes en el solomillo de ternera. También comparte con este preciado corte su contenido en niacina, una vitamina del grupo B que interviene en la producción de energía.
Reduce el riesgo cardiovascular
Es, por detrás del jabalí, la carne con más contenido en vitamina B12 y una de las mejores Fuentes animales de vitamina B6. en combinación con el ácido fólico este trio de vitaminas actúa como escudo protector frente a las enfermedades cardiovasculares. Con este objetivo en mente, te aconsejamos acompañar el conejo de una buena ensalada con aguacate y nueces.
Músculos en forma
La elevada presencia de proteínas, magnesio y calcio convierten a esta carne en un alimento a tener en cuenta en la dieta de las personas que han perdido fuerza muscular -convalecientes, deportistas, personas mayores, etc.-. Para potenciar este efecto, cocínalo con legumbres, al ajillo, encebollado o en sanfaina.
La carne de los hipertensos
Esta carne también destaca por su riqueza en potasio, que ayuda a reequilibrar la presión arterial. Para que quede sabroso sin recurrir a la sal, sazónala con ajo, especias y hierbas aromáticas.
Declara la Guerra a la báscula
El conejo puede incluirse sin problemas en las dietas de control de peso si se cocina sin grasas y se acompaña de guarniciones ligeras. Aporta pocas calorías más que el pavo o el pollo sin piel.
EL DATO. La carne de conejo de monte es aún menos grasa que la criada en granjas.
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