Estos desarreglos hormonales se traducen en una serie de señales que, aunque es posible que resulten muy habituales, si se producen en conjunto, nos pueden hacer sospechar la presencia de este transtorno.
- APATÍA Y DEPRESIÓN: Se trata de un síntoma muy frecuente (se calcula que afecta al 95% de las personas que lo sufren) . La glándula tiroides también regula las funciones mentales, por lo que, cuando falla, puede alterar sensiblemente el estado de ánimo. en el caso del hipotiroidismo, al principio de sufrirlo, se puede sentir apatía y fatiga injustificadas. Cuando el transtorno se cronifica, la apatía se agudiza todavía más y, en algunos casos, puede desembocar, incluso depresión.
- ENGORDAR INCLUSO HACIENDO DIETA. A medida que va pasando el tiempo, es habitual que el cuerpo cambie, pero también hay que tener en cuenta que la ganancia de peso también es uno de los principales síntomas del hipotiroidismo. Al ralentizar el metabolismo, las calorías se queman más lentamente y, aunque se reduzca las cantidades , se gana peso de forma progresiva.
- ESTREÑIMIENTO. Con el hipotiroidismo, la digestión funciona más despacio, provocando problemas a la hora de evacuar con regularidad.
- OTRAS SEÑALES. También puede sufrir presencia de nódulos en el cuello, hinchazón en la cara, alteraciones en la voz, lentitud a la hora de hablar, sequedad en la piel y cabello, adormecimiento en las manos, calambres, aumento de flujo mentrual en mujeres y mayor sensibilidad al frío.
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