Se acerca el momento de guardar las botas del invierno y de calzarse las sandalias, todo un placer si no fuera porque, con la llegada del buen tiempo, los pies tienden a hincharse y a sudar más de la cuenta.
Suaves como la piel de un bebé con AGUACATE
Si , tras lo meses frpios de invierno, te notas los pies ásperos y resecos, forma una pasta chafando la pulpa de un aguacate, medio yogur, una yema de huevo y una cucharadita de sal. Aplica la mascarilla, masajeando suavemente los pies, y deja que actúe 15 minutos. Retira, con agua tibia y ambadúrnalos, a continuación, con aceite de almendras dulces, una loción hidratante y protectora, muy apreciada en el cuidado de los pies debido a su rápida absorción.
CEBOLLA Y SAL, para unos pies libres de durezas
Parte una cebolla por la mitad, vacía un poco las capas del interior con un cuchillo, rellena el hueco con sal y deja que repose toda una noche. El líquido que exuda este macerado reblandece al momento las durezas de los talones y de la planta de los pies . Repite la aplicación 2-3 veces por semana.
Bálsamo de ROMERO: adiós al mal olor
Con el romero y la salvia, además de aliviar los pies cansados, lograrás regular la excesiva transpiración y evitar el mal olor. Puedes o bien comprar un bálsamo a base de estas plantas o preparlo en casa, virtiendo, sobre dos cucharadas de romero, una taza de agua hirviendo. Deja que repose unos minutos, filtra y agrega 3 gotas de aceite esencial de salvia. Aplica esta loción tras la higiene diaria, y sin aclarar, seca los pies con una toalla.
¿Pies adoloridos? Mímalos con estes baño de AVENA
Los días en que llegues a casa con lso pies deshechos, hierve durante cinco minutos dos tazas de copos de avena en 4 litors de agua. Cuando se enfríe, añade una tacita de bicarbonato y sumerge los pies durante unos minutos. Este tratamiento relajante alivia el dolor de los pies y ayuda a deshincharlos.
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