La natural acción de llorar ha estado minada de prejuicios. El patrón social machista considera el llanto patrimonio femenino, un estereotipo cultural que ha privado al hombre de la expresión emocional de pena durante siglos. Además, por tradición, deshacerse en lágrimas ha sido socialmete, signo de debilidad. Por eso hoy, según el doctor Alan Wolfelt, varios espcecialistas están tratando de buscar la relación entre la falta de llanto del sexo masculino con alta incidencia de hiperactividad que se registra en los niños y el alto índice de enfermedades cardíacas entre los hombres. Parece evidente que reprimiendo una que otra catarsis, el cuerpo se priva de su válvula de escape para las emociones fuertes y de una de las mejores formas de comunicación, la primera usada por el ser humano desde el nacimiento.
"Aunque asociemos el llanto con estados tristes, también podemos llorar de risa o de placer, pues las reacciones respiratorias y los movimientos corporales del sollozo y de la risa son muy similares", explica Morena Vega. "Si pudiéramos aislar el llanto de sus significados mentales y sociales, veríamos que no tiene nada de doloroso, veríamos que no tiene nada de doloroso, pues más bien es un movimiento de descarga. Con el llanto, el organismo se libera de cuerpos extraños, aligera las tensiones, aumenta la respiración y se pone más sensible y receptivo porque está mas limpio". Que las mujeres sean más propensas al llanto explica la razón de la mayor longevidad de ellas en comparación con los hombres. "Las mujeres lloran con más frecuencia y por más tiempo. Para el sexo femenino, el llanto es una forma natural de canalizar una emoción fuerte o un problema que agobia", dice la doctora Moira Maguire, de la Universidad de Luton, Gran Bretaña, coordinadora del estudio Gender and the Crying Experience (El género y la experiencia de llorar). Además, en el estudio se pudo comprobar que mientras las mujeres parecen pueden recordar sus episodios de llanto más recientes y describirlos con exactitud, cuando los hombres intentan recordarlos se presentan agujeros negros en su memoria, apelan a que son episodios distantes en el tiempo y la narración de su experiencia a menudo está oscurecida por estereotipos.
Para mejorar la salud emocional de los hombres, en Europa y Estados Unidos existen laboratorios de masculinidad, una especie de terapia de grupo o salas de llanto, que sirven de espacio para que ellos se desahoguen. Allí, los hombres gritan por sus miedos, frustraciones y se reconcilian con ellos mismos.
martes, 15 de marzo de 2011
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