Serás más eficiente en el trabajo, vivirás más relajada, disfrutarás más del
sexo…
Todo el mundo debería hacer ejercicio; limpia la mente y aumenta la confianza en
uno mismo”, sentencia la top Hilary Rhoda en la entrevista que ha concedido a Vogue España y en el que sus didácticas palabras se
acompañan de un inspirador shooting de la modelo americana en el que, de forma
contundente, se demuestran las bondades que la práctica del
deporte (y una vida sana, claro) han brindado a su atlético cuerpo.
Porque ella juega al tenis, baila, hace spinning y tiene un entrenador
personal con el que trabaja a conciencia cada zona de su cuerpo.
Al margen de los beneficios obvios (y estéticos) que tiene cualquier práctica deportiva, tal y como afirma Steven N Blair en el estudio Physical inactivity: the biggest public health problem of the 21st century, el mensaje “debes practicar algo de deporte para perder peso” es erróneo. ¿Los motivos? Esta rotunda afirmación, tan cierta como incompleta, desdeña otros múltiples beneficios que tiene el deporte en nuestro organismo y a nivel emocional. Porque mejora nuestro rendimiento socio-laboral, nuestra vida sexual y los índices elevados de colesterol y diabetes, entre otras cosas. Volviendo a la diosa cuyas declaraciones daban comienzo a este artículo, “el deporte es una de mis grandes pasiones, adoro cómo te hace sentir por dentro y por fuera”.
Elaboramos, con la ayuda de varios expertos en fitness –Silvano Zanuso, director de investigación y comunicación científica de Technogym; Mario Díez, entrenador personal de Campoamor Sport Club, y Felipe Isidro, experto en Educación Física de Pronokal– el decálogo definitivo de razones para practicar deporte. Nos sobran los motivos.
Al margen de los beneficios obvios (y estéticos) que tiene cualquier práctica deportiva, tal y como afirma Steven N Blair en el estudio Physical inactivity: the biggest public health problem of the 21st century, el mensaje “debes practicar algo de deporte para perder peso” es erróneo. ¿Los motivos? Esta rotunda afirmación, tan cierta como incompleta, desdeña otros múltiples beneficios que tiene el deporte en nuestro organismo y a nivel emocional. Porque mejora nuestro rendimiento socio-laboral, nuestra vida sexual y los índices elevados de colesterol y diabetes, entre otras cosas. Volviendo a la diosa cuyas declaraciones daban comienzo a este artículo, “el deporte es una de mis grandes pasiones, adoro cómo te hace sentir por dentro y por fuera”.
Elaboramos, con la ayuda de varios expertos en fitness –Silvano Zanuso, director de investigación y comunicación científica de Technogym; Mario Díez, entrenador personal de Campoamor Sport Club, y Felipe Isidro, experto en Educación Física de Pronokal– el decálogo definitivo de razones para practicar deporte. Nos sobran los motivos.
Serás más eficiente en el trabajo. La explicación científica la
resume así Alejandro Escudero, de Caroli Health Club: “La energía y el deporte nos ayudan a tener un flujo
energético correcto. Precisamente la energía es uno de los elementos más
importantes para lograr el funcionamiento de nuestro organismo”. La
socio-cultural se traduce en la capacidad que tiene el deporte para hacernos
mejorar nuestra habilidad participativa y de compartir, tal y como señala
Felipe Isidro, además de facilitarnos el logro de objetivos en
la vida real. “Si eres capaz de llegar a tus límites físicos, serás capaz de
conseguir cualquier objetivo laboral que te propongas”, añade Mario
Díez.
Vivirás más relajada. Tal y como nos cuenta Silvano
Zanuso, manager de investigación y comunicación científica de
Technogym, “hay muchos estudios, al igual que tantos otros que
se están realizando, para entender mejor los mecanismos esenciales y los efectos
positivos que tiene la actividad física respecto al estado de humor, el estrés y
la ansiedad”. Mario Díez, por su parte, incide en cómo la
práctica deportiva genera dopamina y serotonina, “sustancias que el propio
cuerpo produce de forma natural y que se conocen como moléculas del placer. Al
llegar a nuestro cerebro una dosis extra de estas dos sustancias, no sólo
tendremos unos niveles de felicidad más altos, sino que evitaremos depresiones y
estrés, logrando una mayor salud mental”.
Tendrás menos niveles de colesterol. Zanuso insiste: “En la
literatura científica hay una clara evidencia respecto a la fuerte relación
inversa entre la actividad física y el colesterol: a niveles mayores de práctica
deportiva, niveles más bajos de colesterol".
Vivirás más años. El deporte aumenta la esperanza de vida.
“Definitivamente, ¡sí!”, apostilla el experto de Technogym. Por
su parte, Felipe Isidro hace referencia a los estudios llevados
a cabo por los científicos de los Institutos Nacionales de Investigación de
Salud de Taiwán, que afirman que “las personas que realizan un promedio de 92
minutos de ejercicio a la semana reducen su mortalidad en un 14% .
Tendrás mejor piel. Deporte antiaging, otra de las
bondades sobre la que inciden nuestros expertos. “Mejora la circulación de la
sangre, aportando así oxígeno y nutrientes a todo el organismo y también a la
piel. Así se regenera mejor y se refuerza la producción de colágeno y elastina”,
afirma Silvano Zanuso, que continúa con el suma y sigue de
beneficios para la piel. “Al sudar se eliminan las toxinas para la piel. “Al sudar se eliminan las toxinas acumuladas, dándole un aspecto
mas luminoso, liso y radiante”.
Retendrás menos líquidos. Porque la práctica de deporte
tonifica, puede quemar calorías (si es un aeróbico) y ayuda a luchar contra otro
de los grandes problemas al que nos enfrentamos las mujeres: la retención de
líquidos. “El deporte es importante especialmente también para la zona de las
caderas y abdominales, donde suele haber mucha retención de líquidos y
celulitis. Al quemar grasa, la piel tiene mejor aspecto, está más lisa y firme”,
nos cuenta Zanuso.
Serás menos perezosa. Es una especie de círculo vicioso: cuanta
menos actividad física llevamos a cabo, más nos cuenta practicar ejercicio. La
explicación nos la da el experto de Pronokal, que recomienda la
práctica regular de ejercicio para aumentar el número de mitocondrias en los
músculos, las “centrales energéticas de las células”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario