1. Lactancia Materna La leche materna es el primer alimento
para los lactantes. Se recomienda iniciar la lactancia materna en la primera
hora de vida, y mantenerla como única forma de alimentación durante los 6 meses
siguientes. A partir de entonces se recomienda seguir con la lactancia materna
hasta los 2 años o más, complementada adecuadamente con otros alimentos, ya que
la leche materna deja de ser suficiente para atender las necesidades
nutricionales del lactante.
2. Cocinar bien los alimentos Muchos alimentos crudos (en
particular el pollo y la carne) pueden estar contaminados por agentes patógenos.
Estos pueden eliminarse si se cocina bien el alimento.
3. Consumir inmediatamente los alimentos cocinados Cuando los
alimentos cocinados se enfrían a la temperatura ambiente, los microbios empiezan
a proliferar. Cuanto más se espera antes de consumirlos, mayor es el riesgo de
contaminación. Para no correr riesgos, conviene comer los alimentos
inmediatamente después de cocinarlos.
4. Guardar cuidadosamente los alimentos cocinados Si se
quiere tener en reserva alimentos cocidos, o simplemente guardar las sobras, hay
que prever su almacenamiento. En el caso de alimentos para lactantes, lo mejor
es no guardarlos. Si los alimentos cocidos no se pueden enfriar por dentro tan
deprisa como sería de desear, y la parte central del alimento sigue caliente
demasiado tiempo, los microbios pueden proliferar y alcanzar rápidamente una
concentración susceptible de causar enfermedades.
5. Recalentar bien los alimentos cocinados Esta regla es la
mejor medida de protección contra los microbios que pueden haber proliferado
durante su almacenamiento. Un buen recalentamiento implica que todas las partes
del alimento alcancen al menos una temperatura de 70° C.
6. Evitar el contacto entre alimentos crudos y cocidos Un
alimento bien cocido puede contaminarse si tiene el más mínimo contacto con
alimentos crudos. Esta contaminación cruzada puede ser directa, como sucede con
la carne cruda de pollo o de vaca que entra en contacto con alimentos cocidos.
La contaminación también puede ser indirecta por ejemplo, no hay que preparar
jamás un pollo crudo y utilizar después la misma tabla y el mismo cuchillo para
cortar el ave cocida; porque podrían reaparecer los riesgos de contaminación
microbiana.
7. Lavarse bien las manos Hay que lavarse bien las manos
antes de empezar a preparar los alimentos y después de cualquier interrupción
(en particular si se hace para cambiar al niño los pañales o ir al baño). Si se
ha estado preparando alimentos crudos, como pescado, carne, o pollo, habrá que
lavarse las manos antes de manipular otros productos alimenticios.
8. Mantener limpias todas las superficies de la cocina Como
los alimentos se contaminan fácilmente, conviene mantener perfectamente limpias
todas las superficies utilizadas para prepararlos. No hay que olvidar que
cualquier desperdicio, migaja o mancha puede ser reservorio de gérmenes. Los
paños que entren en contacto con platos o utensilios se deben mantener limpios y
desinfectados.
9. Mantener los alimentos fuera del alcance de insectos, roedores y
otros animales La mejor medida de protección es guardar los alimentos en
recipientes bien cerrados.
10. Utilizar agua potable El agua
potable es tan importante para preparar los alimentos como para beber . Si el suministro hídrico no inspira confianza, conviene
hervir antes de añadirla a los alimentos o de transformarla en hielo para
refrescar bebidas. Importa sobre todo tener cuidado con el agua utilizada para
preparar la comida de los lactantes. (Fuente: Dra. Meni Battaglia, asesora
médica de ANI).
No hay comentarios:
Publicar un comentario