No hay mejor forma de despedir el año que comiendo 12 uvas de la suerte. Aunque esta tradición, que comenzó a finales del siglo XIX, tuvo como único objetivo dar salida a una cosecha de uva muy abundante, lo cierto es que cualquier excusa es buena para comer este alimento estrella de la dieta mediterránea.
Guardianas del corazón
Según marca la tradición, quien coma las 12 uvas al compás de las últimas campanadas tendrá un año próspero y que decida sguir incluyendo esta sana fruta en su dieta protegerá la salud de su corazón. Con este objetivo, lo más recomendable es comerla con su piel y sus semillas, ricas en potentes antioxidantes.
La fruta de los hipertensos
Gracias a su doble contenido en potasio y en unos compuestos llamados flavonoides, la uva es una fruta con grandes beneficios para la salud arterial. Al ayudar a dilatar los vasos sanguíneos, contribuye a mejorar la circulación y a regular los niveles altos de tensión arterial.
Un gran desintoxicante natural
Diurética y laxante, la uva activa el funcionamiento de los riñones al tiempo que estimula suavemente el tránsito intestinal. Es, por lo tanto, una fruta de obligada presencia en dietas depurativas.
Muy útil en convalecencias
No sólo aporta energía de rápida absorción, algo beneficiosos tras un sobre-esfuerzo físico, sino que también aumenta el aprovechamietno de los nutrientes debido a su contenido en vitaminas del grupo B. De ahí que su consumo regular se aconseje en caso de fatiga y debilidad.
Freno al envejecimiento
Cuando se consumen con sus semillas, ricas en resveratrol, las uvas reducen el riesgo de sufrir un cáncer, previenen los procesos inflamatorios (artrosis, artritis, etc.) y mejoran la firmeza de la piel
EL DATO. Los diabéticos pueden sustituir las uvas de las últimas campanadas del año por gajos de mandarina con un tercio menos de azúcares
No hay comentarios:
Publicar un comentario