Es la chispa que enciende el fuego de la pasión, pero...¿por qué hay veces que prende y otras no_ Para descubrirlo, es conveniente analizar nuestra forma de vida, nuestro estado de salud general y, porsupuesto, la buen marcha de nuestra relación en pareja.
- Hormonas. Las fluctuaciones que se produce durante el ciclo menstrual o en determinadas épocas de la vida (embarazo, menopausia...) influyen en el deseo femenino. Está comprobado, por ejemplo, que la mujer está más recetiva al sexo durante la ovulación (15 días antes de la regla). Los hombres, por su parte, suelen experimentar un descenso de testosterone en otoño y un ascenso en verano.
- Estrés. En épocas de nerviosismo, segregamos una bomba, el cortisol, que puede disminuir la libido. Es conveniente, por lo tanto, relajarse antes del sexo (mediante masajes, baños calientes...) y así poder vivirlo más intesamente.
- Convivencia. Si la relación en pareja está resentida por algún conflicto es normal que el sexo no funcione al 100%. En estos casos, es necesario solucionar el problema existente de una forma positiva y después, intentar reviver la libido. Nunca hay que hacerlo al revés, es decir, utilizer el sexo para solucionar problemas de pareja.
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