Han revolucionado la manera de ligar pero también la forma de romper ¿son las nuevas tecnologías el nuevo post-it?
“Lo siento. No puedo. No me odies”. Puede que esas tres frases inmortalizadas en el post-it que Carrie Bradshaw exhibía con incredulidad por las calles de Nueva York supongan la ruptura más humillante que cualquiera alcance a recordar. Pero, como suele ocurrir, la realidad supera la ficción y el libro ‘ The Break Up: Disconnecting over new media’ de la experta en cultura y comunicación Ilana Gershon recoge unas cuantas muestras de cómo las nuevas tecnologías han revolucionado la manera de ligar, sí, pero también la de romper.
Cuando se trata de conocer gente nueva, Facebook, Twitter, WhatsApp y demás plataformas desafían los límites de la comunicación, rompen las barreras espacio temporales y nos permiten conocer gente nueva a golpe de clic. En otras palabras, nunca fue tan fácil fichar a un desconocido, obtener en cuestión de segundos una lista actualizada de sus gustos y aficiones, conseguir una foto que enseñar a tus amigas y saber qué hizo el fin de semana.
Sin embargo, a la hora de poner fin a una relación todas las ventajas que plantean las redes sociales en cuestión de inmediatez e impersonalidad se convierten en armas de doble filo. Sin lenguaje corporal malinterpretable, sin lágrimas que encarar, sin abrazos o gestos incómodos y, por último pero sobre todo, no menos importante, con una menor probabilidad de acabar teniendo sexo post-ruptura.
Rápida, limpia pero ¿indolora? Las rupturas 3.0 plantean nuevas posibilidades y preocupaciones. Entre ellas, la nueva obsesión de los jóvenes por el medio por encima del mensaje (“Me ha dejado. ¿Por qué? ¡Por Facebook!”) o la dificultad para superar su ausencia cuando puedes tener acceso a documentos gráficos que atestiguan su vida sin ti, un inventario actualizado de sus nuevas amistades y sus últimos movimiento registrados con precisión suiza a razón de 140 caracteres por segundo. Así han afectado las nuevas tecnologías a nuestra manera de poner fin a las relaciones:
NO ES LO QUE DICES SINO CÓMO LO DICES
Esta frase que suele asociarse -tópicos mediante- con el pensamiento femenino, adquiere ahora un nuevo significado y es que un estudio publicado por Gershon en una revista antropológica revelaba que los jóvenes de hoy dan mayor importancia a la manera en que les dejan que al hecho en sí. Es decir, puestos a romper con alguien, más vale cuidar las formas que las palabras. Los "no es por ti es por mí" o "te veo como una amiga" que antes lideraban el ranking de causas de odio post-ruptura han sido sustituidos por el "me dejó vía post-it" o sus homólogos digitales: sms, facebook o email... medios que, aunque parezca imposible, son cada vez más empleados.
TIENES UN E-MAIL
Mientras los mensajes de texto ganan cada vez más adeptos, las personas que eligen los privados de Facebook para dejar a su pareja se mantienen en un discreto 3,8%. Afortunadamente no se trata de una cifra desorbitada pero, según el estudio, estas tendencias demuestran que, con el tiempo, las nuevas tecnologías serán un medio tan bueno como cualquier otro para cortar.
En los 90, las únicas personas que conocíamos con una ciber-relación romántica socialmente aceptada eran Meg Ryan y Tom Hanks y el consabido post-it de Carrie Bradshaw sustituyó a las llamadas telefónicas como la peor forma imaginable de dejar a alguien. En el siglo XXI, las rupturas por teléfono no sólo no están mal consideradas sino que la fórmula a distancia ha ampliado su espectro gracias a skype, el móvil o el e-mail. Este último, y de acuerdo, con las conclusiones de Gershon, el nuevo teléfono: está mal visto, sí, pero casos, 'haberlos haylos'.
LA NUEVA PIRÁMIDE
¿Qué es peor, entonces? ¿Que te planten por teléfono? ¿Por Facebook? ¿Por SMS? ¿O es todo lo mismo? Si a Maslow le debemos la clasificación por prioridades de las necesidades humanas; a las chicas de Girls deberíamos agradecerles la ordenación de las nuevas tecnologías según el grado de implicación emocional que demuestran. De mayor a menor, el teléfono, los mensajes, el correo electrónico, la mensajería instantánea y después, Facebook o Twitter denotarían mayor grado de afecto. Lo mismo para felicitar el cumpleaños a una amiga que para dejar a tu novio.
CRÓNICA DE UNA RUPTURA ANUNCIADA
Bip bip. Suena el teléfono y en lugar de ese mensaje que te haría responder con el emoticono de ojos amorosos recibes uno que te deja ojiplática. ¿Existe la posibilidad de que puedas sacar partido de tan ominosa ruptura? La respuesta es sí. Por un lado, te resultará más fácil odiar y por tanto desvincularte por completo del susodicho y, por otro, el tiempo de reacción. Dicen los expertos que si cada vez más personas acuden a estos métodos es para evitar la parte traumática de la confrontración. Así que, mientras para el ejecutor resulta más fácil evitar una respuesta inmediata, el destinatario puede beneficiarse de una defensa mejor articulada que no incluya lágrimas o cualquier otro gesto del que pueda arrpentirse.
LA RED SOCIAL: CAUSA Y CONSECUENCIA
Hasta 7 minutos dura el diálogo entre Rooney Mara y Jesse Eisenberg que abre le película La red social (2010). ¿El argumento? Una ruptura. No en vano, un estudio realizado por la revista especializada 'Cyber Psychology and Behaviour Journal' concluyó que Facebook habría sido el causante de 28 millones de separaciones en 2011. Porque por si no teníamos suficiente con mantenernos alejados de la hora de la última conexión, del mensaje con remitente sospechoso que llega a horas intempestivas o de la cuenta de correo cuya contraseña sabemos de memoria, con Facebook llegaron el muro, los privados y las fotos indiscretas. Parece lógico que, según Gershon, el primer dilema que nos planteemos tras una ruptura 3.0 sea su bloqueo en nuestra lista de amigos. Un hábito tan común en nuestros días como la quema de objetos en tiempos analógicos.
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