Aunque seas un fuego en la cama, tomar el asunto en tus propias manos le envía el mensaje de que eres sexualmente aventurera. "Si una mujer se siente cómoda masturbandose delante de un hombre, le muestra que no tiene perjuicios con su cuerpo y que está ansiosa de tener sexo, lo que para él es una enorme fuente de excitación, señala Perry, terapeuta sexual.
Los hombres también se excitan con el misterio que rodea la masturbación femenina. "Cuando miro a una mujer jugar con su cuerpo, pienso que soy parte de un ritual secreto", comenta Miguel, 27 años. "Es como mirar por el agujero de la cerradura y atraparla en su momento más íntimo...pero aún mejor, porque sabe que la observo y quiere que lo haga".
Además, darle una demostración obscena de tu técnica de "autoservicio" es lo mismo que darle una lección personal de educación sexual, porque le muestras, exactamente, qué quieres y cómo te gusta. "Cuando veo que una mujer se da placer a sí misma, recibo una lección privada sobre las caricias que anhela y la forma en que su cuerpo reacciona", dice Sergio, de 28 años. "Me ayuda a lograr complacerla casi tan bien como se complace ella sola". Si eres demasiado tímida para darle la lección completa, prueba esta alternativa: en vez de hacerlo tú misma, toma su mano y guíala según tus tácticas. Después de todo, las manos también son una gran herramienta de enseñanza.
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