Si siempre tienes los pies fríos, haga el tiempo que haga, aplícate este truco: masajea los pies (insistiendo en la planta) con dos cucharadas soperas de aceite de sésamo templado. Ponte unos calcetines de algodón y ¡a dormir! De esta forma lograrás activar los puntos de relajación y suavizarás y embellecerás la piel de los pies.
jueves, 10 de abril de 2014
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