Matarse a abdominales no es el camino ideal ni el más eficaz ni el más corto ni (desde luego) el más fácil para lograr un vientre plano y tonificado (que es lo que quieres las mujeres) ni la tableta que ellos ansían.
Hay muchos mitos entorno a este problema. Pero la realidad es que para aquellos que busquen resultados permanentes en el estómago y en los flancos, la estregia debe ser otra.
Estamos de acuerdo en que el objetivo es combatir y eliminar la grasa, pero esto no se logra sólo con el ejercicio. Existen ciertos factores que te pueden hacer más vulnerable (da igual si eres hombre o mujer), algunos se puede modificar y otros no, pero si los conoces tendrás más posibilidades de salir vencedor.
La edad no perdona. Esto es irremediable, cuantos más años tengas más tendrás que trabajártelo. El metabolismo también influye. Deshacerse de la grasa es más difícil con la edad y entre aquellos individuos de metabolismo más lento.
En el caso de las mujeres, el embarazo y los cambios físicos y hormonales hacen mella en su anatomía. Pero con tesón se puede volver a recuperar el tono. En este caso es necesario diseñar un plan de trabajo con ejercicios específicos, como los del suelo pélvico.
El impacto de la dieta en esta zona del cuerpo es bestial, y va en serio. Lo que comes es determinante. Si quieres conseguirlo, antes que el ejercicio debes empezar a seleccionar mejor lo que te metes en la boca.
Según cuenta Joan Williams, entrenadora personal de un gimnasio del centro de Londres, a BBC News: "los abdominales dependen en un 80% de lo que comes y en un 20% del ejercicio".
Así que puedes hacer millones de abdominales, pero si no cuidas tu dieta no vas a ver ningún cambio.
Los expertos recomiendan seguir una alimentación baja en grasa, con pocos carbohidratos y mucha proteína, en la que predominen las frutas, las verduras y los cereales. Otro truco que funciona: ir reduciendo progresivamente la ingesta de azúcar, y aumentando la de vegetales.
En cuanto al 20% que corresponde al ejercicio, no vale tampoco enfocarse únicamente en la zona.
Es necesario realizar un entrenamiento completo del cuerpo, incluidos ejercicios aeróbicos.
Es más, varios estudios han demostrado que hacer cardio es mucho más efectivo que hacer abdominales. El ejemplo más claro es éste: Dos hombres de peso y altura, uno se dedicó a correr y otro a hacer abdominales, y el resultado fue más positivo para el que hacía ejercicio aeróbico.
Por tanto correr, saltar a la comba, montar en bici o nadar son actividades que te ayudarán a alcanzar esa reducción de grasa que es el requisito previo de unos abdominales perfectos.
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