cáncer. Aunque destaca por su riqueza en hierro, en ácido fólico o en vitamina A , la importancia de este vegetal radica en su alto contenido en sus sustancias azufradas.
Escudo anticancerígeno
Al igual que el ajo y la cebolla, sus dos parientes más cercanos, el puerro contiene compuestos azufrados que mantienen las bacterias y hongos a la raya. No es su única función, puesto que estos compuestos también ayudan a protegernos frente al cancer.
Colesterol bajo control
Una cura de una o dos semanas de duración en la que se siga una dieta Baja en grasas animales y se incluya el consume diario de 200 gr de puerro disminuye considerablemente los niveles de colesterol.
Activa la circulación de la sangre
Algunos de los principales activos del puerro son capaces de disminuir la densidad de la sangre al mismo tiempo que refuerzan las paredes vasculares. De ahí que sea una de las hortalizas de obligada inclusión en la dieta de las personas con várices, piernas pesadas, etc.
En tratamientos con antibióticos
Además de estimular el tránsito intestinal y de limpiar el estómago y el intestino de gérmenes nocivos, el puerro es un alimento prebiótico, es decir, contiene fibras que promueven el crecimiento selectivo de las bacterias intestinales beneficiosas. Su consumo resulta muy útil en tratamiento con antibióticos.
Un diurético
Tomado en ayunas, el caldo de cocción de puerros, al que se puede añadir apio y zanahoria, actúa como un excelente diurético y antiséptico natural. Siempre que no se le añada sal, resulta recomendable en caso de cálculos renales, cistitis recurrente, hinchazón, artritis en hipertensión.
EL DATO. Según cronistas, el emperador romano Nerón cuidaba su bella voz bebiendo cada día caldo de puerros. En gárgaras, ese preparado aclara la voz, desinfecta la garganta y facilita la expectoración
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