Son fuente de alegría, pero también de conflictos. En ocasiones, los hijos son una dura prueba para la buena marcha de la relación. Para superar los contratiempos de forma satisfactoria y evitar la crisis, no hay que olvidar que, además de padres, se es pareja. Esto son los principales motivos de discordia.
- Diferencias de criterio en la educación. Tú eres más estricto/a y tu pareja más permisivo/a o viceversa, tienes opciones diferentes sobre distintos temas importantes, etc. Cuando esto ocurre, hay que hablar sin los niños delante y llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes.
- Falta de intimidad. Cuando no hay forma de disfrutar a solas, es necesario ponerle remedio. Los hijos deben aprender a respetar la privacidad de los padres con gestos como, por ejemplo, llamar a la puerta antes de entrar en su dormitorio. De vez en cuando, puede ser útil llevar a los niños a casa de los abuelos y disfrutar de una noche solos.
- Celos de los hijos. Suele ocurrir, sobre todo, en mujeres que acaban de ser madres y que dejan algo de lado a sus parejas. Cuando esto sucede, es importante reservar un momento al día para dedicarlo en exclusiva a cuidar de la relación.
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