Salud, naturalidad, higiene, serenidad,
humor inteligente, autoestima. La belleza personal no sólo reside en el aspecto
físico. Si cultivamos una serie de actitudes y hábitos de vida, podemos
convertirnos en un verdadero imán para los demás.
“Si aprendemos a querernos más, descubriremos la belleza
natural que hay en nuestros rasgos personales, si la mimamos y realzamos sin
obsesiones, todos la verán también”, señala la psicóloga clínica Patricia
Villalba, en una investigación publicada en la revista especializada ‘Psicología
Práctica’.
“El atractivo personal no reside sólo en un prototipo físico
estandarizado. Ni siquiera las modelos que aparecen glamurosas y sofisticadas en
los anuncios son así. Luces, retoques, programas de ordenador que borran manchas
y arrugas, y otros artilugios técnicos hacen que el resultado sea una obra de
arte en muchos casos lejana de la realidad”, añade Villalba.
Según la experta, “no debemos olvidar que nacimos con una
herencia genética que determinará, en una importante medida, la forma de nuestro
cuerpo, nuestras peculiaridades: color de ojos y piel, estructura del cabello,
altura, constitución ósea, longitud y amplitud de los músculos”.
“Está claro que cualquier constitución física es hermosa, si la
llevas con orgullo en vez de disfrazarla, si la cuidas en lugar de luchar contra
ella. En suma, si le sacas el partido propio del amor que te prodigas a ti
mismo”, explica Villalba.
“Jamás deberíamos empeñarnos en la cruzada imposible de querer
ser quien no somos: una persona que metaboliza rápidamente las grasas y
nutrientes difícilmente conseguirá un cuerpo de redondeces sensuales, quien
tiene el metabolismo lento engordará fácilmente comiendo lo mismo e incluso
llevando una vida más activa que la primera”, aconseja la psicóloga.
SALUD Y NATURALIDAD PARA
SER IRRESISTIBLE
Una de las claves del atractivo natural, según Villalba, es la
salud “que suaviza los rasgos y los gestos, da brillo a los ojos, abre la franca
sonrisa, y hace fluir la energía por todo el organismo. Por el contrario, los
trastornos físicos y mentales encogen el cuerpo, hunden el pecho, dan rigidez a
los rasgos y ‘matan’ la sonrisa”.
Otro ingrediente del ‘sex- appeal’ innato es la naturalidad,
ya que según la psicóloga “la mayoría de las personas nos sentimos atraídas por
la gente con apariencia de normalidad, frescura y sin demasiados artificios,
mientras que a los ‘bellezones’ los mira todo el mundo pero no muchos se les
acercan”.
Para Villalba, el tercer pilar de nuestro atractivo es la
higiene, ya que “sin limpieza no hay atractivo que valga. Nada más hermoso que
el pelo, los dientes, las uñas todos brillantes y cuidados, la piel fragante e
hidratada, la ropa aseada”.
Para atraer a los demás, también es fundamental mantener la
serenidad; es decir, esa “paz de espíritu que emana de dentro hacia fuera”.
Según la psicóloga, “las personas que muestran ese estado de conciliación
interior, resultan inevitablemente seductoras, a diferencia de quienes dejan
traslucir ansiedades y neurosis”.
Por último, Villalba aconseja cultivar el humor inteligente,
porque “nadie puede resistirse a una persona ingeniosa, simpática, culta, franca
y confiable, que sabe escuchar y decir cosas que interesan. ¡No hay nada más
sexy que la inteligencia!”.
¿Por qué somos atractivos? Algunas investigaciones recientes
confirman que la belleza es un concepto relativo y subjetivo, y muestran que en
lo que cada persona considera seductor influyen desde la simetría corporal y la
genética, hasta la actitud y las emociones de cada uno, pasando por los
estereotipos culturales y los modelos difundidos por los medios de
comunicación.
De acuerdo a una serie de trabajos publicados en la revista
estadounidense de “Psicología Social Aplicada”, el atractivo físico es una
construcción social determinada culturalmente y que varía según patrones de
estética y tendencias que dicta la moda, los cuales a su vez influyen sobre las
relaciones sociales, y la valoración de la propia imagen corporal.
Según el principio "todo lo bello es bueno", propuesto por los
psicólogos sociales K. Dion, E. Berscheid y E. Walster, "hemos aprendido a
catalogar a la gente según las pautas que han ido trasmitiendo sobre todo los
medios de comunicación y el cine, que establecen de antemano las caras que
corresponden al bueno y al malo”.
MÁS ALLÁ DE LA BELLEZA
FÍSICALas investigadoras norteamericanas Nancy Etcoff y Susie Orbach
han analizado la relación de las mujeres con la belleza, su grado de
satisfacción y cómo influye en su bienestar, concluyendo que además del
atractivo físico, el concepto de lo bello también abarca la felicidad, la
dignidad, la bondad, la sabiduría, el amor, la realización de uno mismo y la
autenticidad.
Según estas expertas, las mujeres conciben la belleza como
algo más que el cuerpo, incluyendo en el atractivo de una persona, su carácter y
grado de pasión.
Para fortalecer nuestra propia imagen, la psicóloga Patricia
Villalba aconseja hacer una lista de los aspectos que consideramos parte
nuestra, y en la que han de figurar las cosas que nos gustas hacer, la cosas que
podemos hacer bien, si somos físicamente activos, si somos creativos, artísticos
y cultivados.
“¿Me gusta aprender?, ¿soy solidario?, ¿soy sociable?, ¿me
intereso por mi salud?, ¿cultivo los valores en los que creo?”, son algunas de
las preguntas que la psicóloga recomienda respondernos para reconocer nuestro
atractivo personal.
Con esa lista podemos construir un retrato objetivo de lo que
somos por dentro y fuera. “Esa es la imagen que trasmitimos a quienes nos
rodean. Somos un todo. No hemos de desequilibrar nuestra personalidad dedicando
más tiempo, pensamientos, energía y recursos, a nuestra imagen física que al
resto de nuestras cualidades. Hemos de cultivarlas todas”, señala
Villalba.
De acuerdo a la escritora Eva Gizowska, experta en bienestar y
psicología afincada en Londres y autora del libro “Seducción: 100 consejos para
atraer”, existe una serie de maneras completamente cautivadoras de ser
irresistible.
Según esta escritora, “no hace falta ser guapo para resultar
atractivo. Más que un cuerpo atractivo, lo que cuenta es tener una mente
seductora. La seducción no tiene que ver con la perfección física, sino con la
forma de actuar”.
De acuerdo con Gizowska, “ser seductor puede implicar multitud
de cosas diferentes, como el modo de mirar, tocar o hablar, que muestran una
intención subliminal. Pero sobre todo radica en tener sentido del humor, ser una
persona cariñosa y cálida, en vez de fría y manipuladora”.
Para aprender a utilizar esa arma poderosa llamada atractivo
natural, Gizowska aconseja elaborar una lista de al menos veinte aspectos de su
cuerpo que valore y aprecie: por ejemplo, “tengo unas piernas largas, un pelo
bonito, una piel suave, un cuello esbelto, etc. Entonces céntrese cada día en
una de esas partes y mímela. El `día de las piernas´, dele un masaje, hidrátelas
y salga a dar un paseo”.
“Cuanto más se cuide una persona, mejor aspecto tendrá y mejor
se sentirá anímicamente”, señala la experta.
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