Radicalmente nuevos o tradicionalmente efectivos, prepárate para llevar el crop
top.
Tienen los crop
tops de Emilio Pucci, Chanel, Dolce & Gabbana y Miu Miu –que de forma apresurada (y maravillosa) ya han lucido Dree Hemingway, Elisa Sednoui ,Kate Bosworth
y Daisy Lowe, entre otras muchas valientes– un insospechado potencial de
coaching: nos han hecho replantearnos al resto de los mortales, una vez
más, la imperiosa necesidad de abordar "esa zona" y, por lo tanto, recuperar la
denostada práctica de abdominales. Con la sola idea se
aproximan los temores: al dolor de cuello atroz que conlleva la práctica
amateur y poco eficiente, al desconocimiento de nuevas disciplinas (¿es
posible que la rutina se mantenga igual desde remotos tiempos escolares?) y a
incumplir con los hábitos alimenticios para no hacer el esfuerzo
inútil. Porque sí, lucir vientre plano es el resultado de la infalibe
combinación entre abdominales, trabajo cardiovascular y dieta baja en hidratos
de carbono de alto índice glucémico, pero todo empieza con un
debate que ha ganado interés en los últimos meses: qué
tipo de abdominal elegir. A la versión clásica de
encogimiento o crunch se une otra declinación de nombre
imposible, promesas de esfuerzo reductivo y resultados prometedores: los
abdominales hipopresivos.
El equipo de Fisioterapia Vicetto –que ofrece paquetes de cuatro sesiones de gimnasia
hipopresiva para aprender la técnica y poder llevarla a cabo también en
casa– los explica así: "la conservación de una determinada postura durante
cierto tiempo con una mínima presión abdominal". Su modus operandi es
completamente diferente al de los abdominales tradicionales: se empieza
inspirando, para después espirar y en apnea respiratoria abrir las costillas y
meter el abdomen. El secreto, parece, está en la postura, y no (milagro) en las
incontables repeticiones.
Entre los beneficios que postulan los
entrenadores personales y fisioterapeutas que los recomiendan está, tal y como
señala Rafael Vicetto, "prevenir la caída de órganos como el
útero, la vejiga y el recto, evitando los problemas derivados de esta patología
como la incontinencia urinaria". Ángel Merchán, director de Home Wellness Madrid, incide en la capacidad que tienen estos ejericios para
controlar la musculatura del suelo pélvico, y los recomienda para un
recuperación rápida postparto. Además, ambos insisten en que durante su práctica
(para la que es necesario un entrenamiento especializado que nos familiarice con
el control de la respiración) disminuye considerablemente el riesgo de lesión
lumbar.
Tradicionales, hipopresivos o ambos.
Hablamos también con Mario Diez, entrenador personal y alma máter de Campoamor Sport Club, y Jordi Notorio, del equipo de fitness del
grupo DIR,
para elaborar la gu[ia definitiva de los abdominales que prometen cambiar nuestras
vidas. En todas sus versiones. Porque facilitarán la puesta a punto de una de
las zonas de la anatomía femenina que más quebraderos provoca. Y aquí no queda
todo: como avanza Jordi Notorio, “prevendrán la mayoría de los dolores de
espalda”. Lo dicho. Vida nueva.
ABDOMINALES INFALIBLES
Las posturas sobre los beneficios de los abdominales
hipopresivos son un tanto encontradas. Aunque algunos entrenadores personales
hacen referencia a la falta de evidencias científicas que avalen sus ventajas
frente a la versión tradicional, otros tantos inciden en los inconvenientes que
plantean los abdominales de encogimiento por la excesiva presión que recibe el
suelo pélvico, así como un descenso de los órganos abdominales. Rafael
Vicetto recomienda fervientemente la gimansia hipopresiva porque genera
una caída inmediata de la presión intra-abdominal y una activación refleja de la
musculatura del suelo pélvico y de la faja abdominal.
Los abdominales hipopresivos son la alternativa perfecta, tal y como afirma el
equipo de Vicetto, para recuperaciones rápidas tras un parto
(salvo cuando son cesárea); para personas con problemas de estreñimiento, de
incontinencia urinaria o con debilidad de los músculos abdominales; para mujeres
con fuertes dolores menstruales y para pacientes que han tenido cirugías
abdominales o ginecológicas recientes. Sin embargo, si te decantas por los
abdominales en versión tradicional y para evitar presiones repetidas que puedan causar prolapsos o incontinencias urinarias, Ángel
Merchán esboza un tip infalible: "Controlar la contracción
previa de la musculatura del suelo pélvico (ano y vagina) manteniendo la tensión
durante todo el movimiento del ejercicio abdominal".
Cuidar la postura es fundamental, tanto cuando se llevan a
cabo abdominales de encogimiento, como cuando se practican hipopresivos. Para
llevar a cabo los primeros no pongas las manos en la nuca, sino en el pecho o al
lado de la cabeza. “La cabeza es la parte más pesada del cuerpo y al hacer
abdominales debemos apoyarla entre las manos, nunca empujar de ella ni del
cuello para subir más. Un truco muy sencillo es fijar la mirada en el techo y no
perder esa posición durante todo el recorrido”, señala Mario
Díez, que incide en la importancia de no levantar el tronco del suelo
más de 30 grados. Los hipopresivos pueden llevarse a cabo boca arriba (con
rodillas flexionadas y evitando una curvatura cervical exagerada), de pie o en
cuadrupedia, haciendo recaer más peso sobre las manos que sobre las
rodillas.
La práctica incorrecta de los abdominales tradicionales conlleva, tal y como
señala Jordi Notorio, rotura de fibras, debilidad del suelo
pélvico, incontinencia urinaria y dilatación del transverso. Los hipopresivos,
por su parte, al precisar para su realización de apneas respiratorias (estar sin
aire durante varios seguros), están contraindicados para personas hipertensas y
mujeres embarazadas.
Apreciar los resultados estéticos de la buena práctica de
los abdominales es un deseo universal. Esto va a depender tanto del nivel del
que se parta como de la genética, tal y como afirma Ángel
Merchán, que señala un abanico de 2 a 8 meses para empezar a apreciar
los resultados, tanto en el caso de los tradicionales como en el de los
hipopresivos. Sin embargo, cuando se lleva a cabo la práctica de estos últimos,
tal y como nos cuenta Vicetto, beneficios en nuestro organismo
tales como la disminución de los dolores menstruales o el estreñimiento empiezan
a notarse tras muy pocas sesiones.
La combinación de ambas técnicas (abdominales de
encogimiento e hipopresivos) puede ser una alternativa. La clave, tanto si te
decantas por una opción como por otra, está en cambiar de ejercicios para
obtener mejores resultados. “El entrenamiento global nos resultará mucho más
eficaz que cualquier ejercicio concreto”, señala Jordi Notario,
de DIR. ¿Cómo llevarlo a cabo? Tal y como nos explica Merchán, “combinando
ejercicios muy específicos localizados en los diferentes músculos que componen
la cintura junto con ejercicios más globales como las flexiones, que solicitan
la musculatura abdominal como estabilizador de la columna en el ejercicio”.
La fórmula "cuanto más, mejor" falla de forma estrepitosa cuando hablamos de
abdominales, sobre todo de tradicionales. “Debes dejar al menos 48 horas
de descanso entre sesión y sesión de entrenamiento”, nos cuentan desde
el equipo de DIR. ¿Los motivos? Su exceso puede llevar a la predisposición de la
rotura de fibras.
El control de la respiración es fundamental. En el caso de
los tradicionales, el equipo de DIR recomienda hacerlo así: “Sacando el aire
cuando hagas la contracción y realices el esfuerzo más grande y volviendo a
cogerlo cuando relajes. Mediante la respiración, la intensidad del ejercicio
aumenta espectacularmente”, sentencia Jordi Notorio. Durante la
práctica de los hipopresivos la técnica respiratoria es más compleja, ya que se
empieza expulsando el aire para entrar en apnea respiratoria durante diez
segundos mientras se abren las costillas, se mete el abdomen y se reduce el
perímetro de la cintura. Resulta imprescindible llevar a cabo prácticas de
descanso cortas con tres respiraciones profundas antes de volver a expulsar el
aire.
La velocidad. La virtud está en el punto medio, también a la
hora de realizar abdominales. Por eso, los ejercicios, tal y como recomienda
Merchán, “deben ser lentos y controlados, que nos permitan distinguir y
localizar perfectamente la zona que estamos trabajando”.
¿Cuántas series de ejercicios debemos practicar? Si vas a
experimentar con los hipopresivos, Rafael Vicetto recomienda un
periodo de iniciación con una serie de 20 repeticiones boca arriba y otra de 20
repeticiones a cuadrupedia. Para los tradicionales, Mario Díez
recomienda cuatro series de cada ejercicio y llegar a las repeticiones máximas.
“El abdominal se debe agotar, suelo decir que hay que trabajarlo hasta el fallo,
es decir, hasta que no puedes hacer ni uno más”. El equipo de DIR, por su parte,
pone el tope de repeticiones en 40 de cada tipo de abdominal, alternando series
de 20 a 40 repeticiones de diferentes ejercicios, dejando un tiempo de
recuperación. “Para añadir intensidad, trabajar con cargas”, añaden. Respecto a
la frecuencia semanal, los expertos recomiendan sesiones dos o tres veces por
semana.
La práctica de hipopresivos, tal y como señalan los expertos que creen en sus
bondades, reduce el riesgo de lesiones lumbares porque, tal y
como afirma el equipo de Vicetto, se trabaja la faja abdominal y se produce un
estiramiento de la columna vertebral, normalizando las tensiones musculares y
recuperando el equilibrio corporal. Para evitar el daño de los lumbares en el
caso de los tradicionales, Díez nos propone lo siguiente: “Trabajar pegando por
completo el lumbar y la pelvis al suelo. No debe haber hueco entre nuestra
espalda y el suelo. Una forma muy fácil de comprobarlo es intentar meter la mano
entre medias. No debe quedar espacio. De hecho, si tuviéramos un folio debajo no
deberíamos poder sacarlo”.
¿Se debe parar cuando duele el abdomen? Aunque, tal y como
señala Notorio, "hay que valorar si el dolor es provocado por
la intensidad de trabajo o porque no estamos haciendo algo correctamente”,
Mario Díez recomienda no abandonar cuando se empieza a notar
dolor porque ahí es cuando realmente se está trabajando el músculo. “Si hay una
sensación de dolor no es más que el músculo trabajando a su máximo nivel. Unos
buenos ejercicios abdominales deben dejarte la zona congestionada muscularmente
hablando”
La eterna pregunta. ¿Se pueden practicar abdominales durante
el embarazo? Aunque la práctica de hipopresivos no se recomienda durante el
embarazo, en el caso de los tradicionales tanto Notario, como
Merchán y Díez insisten en la necesidad de que
sea el ginécologo el que evalúe su conveniencia o no en cada caso. Sin embargo,
como normal general, siempre y cuando no haya contraindicación médica, se pueden
practicar versiones adaptadas a cada etapa de la gestación. “Hasta el tercer mes
de embarazo es el periodo de mayor riesgo por lo que suele recomendarse reposo.
En el segundo trimestre puende realizarse de forma lenta y controlada hasta que
la diástasis de la línea del alba del abdomen sea apreciable”, recomienda
Merchán.
Los milagros no existen, ni con abdominales de encogimiento ni con su versión
hipopresiva. Presumir de un abdomen casi atlético no se reduce solo a la buena
práctica de abdominales. “Haciendo ejercicio de abdomen no eliminamos grasa
abdominal de forma específica, solamente mejoramos la fuerza y el tono
abdominal”, nos cuenta Ángel Merchán. Y añade. “Para eliminar
la grasa de esta zona debemos combinar un entrenamiento cardiovascular intenso
que provoque un alto gasto calórico junto con un entrenamiento de fuerza de todo
el cuerpo que incremente el metabolismo basal”.
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