En los intermedios de los desfiles de modas, muchos estilistas hacen lo siguiente: ponen un poco de suero de brillo en la palma de la mano, y lo calientan ligeramente con la secadora antes de aplicárselo al cabello de las modelos. ¿La razón? El calor suaviza el normalmente resbaloso suero, volviendo así su consistencia más ligera y fácil de distribuir. Esto permite obtener un brillo más parejo, y no quedan áreas grasosas en el cabello, y para sellar el efecto respalandeciente, aplícale a tu cabella la secadora graduada a temperatura fría.
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