Las personas físicamente activas pueden vivir entre 3,4 y 4,5 años más que las que no practican deporte. Es la conclusión de una investigación realizada con datos provenientes de seis estudios incluidos en el Consorcio de Cohortes del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos y publicada en la revista científica Plos Medicine.
Para llevar a cabo el análisis, se establecieron diferentes niveles de actividad física y los autores observaron una relación directa de los niveles de actividad física y los años de vida ganados. Los resultados mostraron que la esperanza de vida se puede elevar hasta en 3,4 años en aquellos que realizan actividad física moderada, como puede ser caminar deprisa (en niveles iguales o ligeramente superiores al mínimo recomendado en las directrices de la Organización Mundial de la Salud) y en 4,2 años para aquellos que superan en más del doble la recomendación de practicar ejercicio al menos durante 150 minutos a la semana.
Aunque varios análisis habían sugerido ya que la actividad física está relacionada con la ganancia de años de vida, hasta ahora nunca se había cuantificado la diferencia de esperanza de vida entre las personas con sobrepeso pero físicamente activas, frente a aquellas que presentan un peso normal pero son inactivas. Este ha sido otro de los aspectos analizados en el estudio: la influencia de la actividad física en la esperanza de vida según el peso de las personas. De esta manera, se observó que aquellas que presentaban un peso normal, y además eran activas, podían aumentar su esperanza de vida hasta en 7,2 años comparado con las que eran más inactivas y las más obesas (IMC >35,0). Para llevar a cabo este análisis, los investigadores dividieron la muestra en cuatro grupos diferentes de personas, según presentaran normopeso, sobrepeso, obesidad clase I (IMC 30-34,9) y obesidad clase II (IMC mayor de 35).
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